Chelsea-Barça. Dos grandes del fútbol mundial que vuelven otro año más a deleitarnos con su fútbol en Europa. Sí, su fútbol, el de ambos. A pesar de lo que muchos digan, el Chelsea de Hiddink hizo su fútbol, un fútbol de desgaste que acabó por desesperar a un Barcelona cuyas únicas ocasiones de peligro se creaban con disparos lejanos que no inquietaban la meta del checo Cech. Muchos hablan del toque del Barcelona, su posesion... El fútbol no es sólo toque. Los de Hiddink observaron sus cartas, y las jugaron. A mitad del partido los londinenses ya iban 1-0, con la sensación de no haber sufrido el asedio de este temido Barça, y con la mosca detrás de la oreja por un penalty de Alves a Maloudá que el noruego Henning, sin saber por qué, sacó fuera del área.
La segunda mitad fue más de lo mismo. Balón para el Barça y ocasiones para el Chelsea, aunque en esto del fútbol, como bien se dice, quien perdona lo acaba pagando. El Barcelona seguía en busca del gol, con prisas, como si cada minuto del encuentro fuese el último, mientras que el Chelsea continuaba esperando su oportunida. Oportunidad que tuvo Drogba, que aunque fue una pesadilla para los centrales azulgranas, sobretodo para el desubicado Touré, no supo definir sus dos ocasiones ante Valdés. Y en este ir y venir de emociones apareció este magnífico árbitro llamado Tom Henning, que desde el miércoles puede pasear tranquilo por la ciudad Condal, con la cabeza bien alta. Este noruego, a pesar de lo triste que suena, fue el protagonista del este partidazo. Sus fallos más clamorosos: Dos manos dentro del área del Barça (Piqué debe de estar todavía dándole vueltas a en qué estaba pensando el árbitro cuando despejó un balón con el antebrazo dentro del área) y un par de jugadas bastante dudosas en esa misma área, aunque también hay que decir que Abidal vivió el final del partido expulsado por un tropiezo de Anelka cuando se iba a por el mano a mano con Valdés. Y como no podía ser de otra forma, entre robo y robo apareció ese experto del fútbol tan poco reconocido, Iniesta. El de Albacete clavó el balón en la portería de Cech a falta de un minuto y colorín colorado, el Barça a la final de la mano de Henning y el Chelsea, a pesar de frenar a la máquina azulgrana, apeado.
A todo esto, el Madrid en casa, tranquilo, sin preocupaciones, y lo que es más triste, sin ilusión ninguna para sus aficionados... Floren ven pronto, y si puede ser de la mano de Iniesta, mejor.
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